Aprehender con y de los medios
Primer round
Los medios son una herramienta que nos ofrecen la oportunidad de aprender de ellos y aprender con ellos, en la educación es importante promover la toma de conciencia sobre los fines y la forma como se utilizan.
Hasta hace unas décadas la escuela era el ambiente propicio para la formación integral de la persona y los padres le apostaban al estilo educativo que se implantaba o implementaba sin preocupación alguna por el horizonte institucional. El docente tenía tal credibilidad y respeto que -sin exagerar- lo que decía era palabra de Dios, él hablaba y todos obedecían porque la letra entraba con sangre.
Después de unos años y ante las secuelas de una educación tradicionalista surgieron teorías que colocaron al estudiante en la otra esquina del cuadrilátero desarrollando el curriculum sólo basado en los intereses del alumno en una forma tan imprevista que casi hacen bajar al docente del ring de la educación. Este tema aún no se ha solucionado, y no son pocas las reflexiones pedagógicas que surgen en torno a la relación docente – estudiante. Para muchos estudiosos la educación debe ser holística e integral y debe surgir desde la episteme y no simplemente de aquello que la persona desea conocer sino más bien necesita conocer para transformar su vida y la de la sociedad.
Este no es el único problema de la educación, ahora en el ring aparece también los tan nombrados medios de comunicación que están dispuestos a dar su mejor pelea para ganar el primer round con la escuela y desde ese entonces “la escuela ha sostenido una relación nada sencilla con los medios de comunicación. Entre el amor y el espanto, este vínculo se ha movido más cerca de la desconfianza, la acusación y la condena, que de la aceptación y el reconocimiento”[1]
El fascinante mundo de la tecnología ha abarcado todo el interés del joven, por su diversidad, creatividad y fuerza mediática; la modernidad trae consigo múltiples escenarios de encuentro que bien utilizados pudieran ser una mina de la educación. Ante la exigencia que tiene la práctica educativa de contextualizarse en la sociedad donde los medios comunicativos ocupan un puesto privilegiado en la vida familiar muchas instituciones de este orden han buscado la forma de adquirir medios tecnológicos para entrar en la moda olvidando que “la verdadera modernización de la educación debe consistir además de la inclusión de aparatos electrónicos en el aula, en la instrumentación de programas de alfabetización audiovisual que prepare a padres de familia, a maestros y a la sociedad en general a conocer nuevos lenguajes …”[2]
Es necesario traer a colación la triada docente, estudiante y medios de comunicación ya que las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación han cambiado el paradigma de la educación, contribuyendo a replantear a fondo el modo en que se comunica e interactúa el docente con el estudiante, especialmente en cuanto al acceso al conocimiento. La historia de la humanidad expresa el proceso largo y complejo a través de miles de años, donde el ser humano ha experimentado la necesidad de obtener y conocer información; es impresionante cómo el hombre ha evolucionado en sus distintas formas de comunicarse, desde los rudimentarios métodos como las escritura jeroglífica, pasando a la aparición del teléfono, el cine, la radio, la televisión, hasta los grandes avances de la actual revolución tecnológica.
El hombre protagoniza la etapa de la computación y de la informática, que tiene como hito el internet: la nueva forma de comunicación humana. Esa búsqueda incesante del hombre por mejorar su calidad de vida es lo que ha empujado la emergencia constante de nuevas y mejores tecnologías; de ahí que sea importante resaltar que las TIC’s se enmarcan dentro de las actividades humanas sin importar el nivel de evolución, ya que se enfocan en el proceso de comunicación del hombre que surge del interés por lo sorprendente, aquello que logra avanzar según los criterios de la época, pero es importante aclarar que, “no basta la información: se requiere un sistema de valores y un orden de criterios para que ese ilustre depósito de memoria universal sea algo más que una sentina de desperdicios”[3]
Desde esta perspectiva se ha despertado el interés de formar dentro y fuera de las aulas de clase una cultura sustentada en el proceso de las NTIC donde el docente aporte a ésta el campo de la humanización, que permita al hombre encontrarse con su historia en la continua interacción con otras culturas, sirviéndose de los medios con una conciencia critico-reflexiva que le permita desarrollar habilidades de comunicación.
En un inicio se fijó la importancia de ésta sólo en el área de la informática, pero se ha ido descubriendo que así la institución no ofrezca eficacia en los procesos de Nuevas Tecnologías, los estudiantes se desplazan a otros sitios donde puedan conocerla y utilizarla; es decir, es tanto el avance de esta ciencia, que el no contar con los medios en las instituciones educativas no ha sido un impedimento para nuestros jóvenes.
Por tanto, la escuela está llamada a interactuar con los medios de comunicación y las nuevas tecnologías brindando una educación que perfile su utilidad y uso, creando condiciones para lograr la desmitificación de su importancia solo en el mundo empresarial desde una pedagogía de y con los medios[4], “en lugar de erigirse como un búnker de un supuesto pasado humanista en peligro de extinción en manos de los medios.”[5].
En este sentido la urgencia de la alfabetización tecnológica en el espacio docente como ente primordial de la guía del proceso de aprendizaje, es el punto de partida para lograr que la información en la cual estamos inmersos no continue siendo algo sin sentido, o que las nuevas generaciones sigan aceptandolo sin ninguna clase de objeto crítico social.
Tal como lo apunta William Ospina “¿como superar una época en que la educación corre el riesgo de ser solo un negocio, donde la excelencia de la educación está concebida para perpetuar la desigualdad, donde la formación tiene un fin puramente laboral y ademas no lo cumple, donde los que estudian no necesariamente terminan siendo los más capaces de sobrevivir? ¿cómo convertir la educación en un camino hacia la plenitud de los individuos y de las comunidades?”
Cada uno de los interrogantes cobra sentido en la praxis que se desarrolle en los recintos escolares para que el universo de información que mencionamos al principio no continue siendo la pauta de las decisiones sin conciencia tanto en las nuevas generaciones como en aquellos que nos servimos de los infinitos medios que las tics ahora nos otorga. La educación crítica para la vida, esa sería la consigna.
[1] Roxana Morduchowicz (*) (*) Doctora en Comunicación de la Universidad de París 8 y profesora titular de Comunicación en la Universidad de Buenos Aires. Además, dirige el programa «La escuela y los medios» en la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
[2] EPM, Educación para los medios.
[3] Artículo. Preguntas para una nueva educación.
[4] Artículo. EPM. Educación para los medios.
[5] Alonso, Matilla, Vázquez, 1995